Departamento de I+D, EuroChem Agro Iberia
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El uso ineficiente del nitrógeno en la agricultura presenta un desafío ambiental significativo. Este artículo se centra en las pérdidas de nitrógeno en forma gaseosa, destacando cómo los inhibidores enzimáticos pueden mitigar este problema.
A nivel global, la urea es la forma más extendida de aplicación del nitrógeno en la agricultura. Paradójicamente, la fertilización con urea es altamente ineficiente. Esto es debido a que una gran proporción del nitrógeno se pierde en forma de amoníaco (NH3). Además, los fertilizantes con base ureica o amoniacal también liberan nitrógeno al medio en forma de otros gases nitrogenados.
Primeramente, y gracias a la acción de las arqueas y bacterias nitrificantes, el nitrógeno es convertido desde su forma amoniacal (NH4) hasta nitrato (NO3 -) (Figura 1). Posteriormente, este nitrato es transformado por bacterias y hongos desnitrificantes hasta diferentes compuestos gaseosos, siendo el producto resultante más relevante el óxido nitroso (N2O).
Estudio de la aplicación en campo de un doble inhibidor
Investigadores de la Universidad del País Vasco, en colaboración con EuroChem, llevaron a cabo un ensayo de campo para determinar la capacidad de un doble inhibidor (ureasa [NBPT] + nitrificación [DMPSA]) para reducir las pérdidas de nitrógeno en comparación con inhibidores individuales y fertilizantes sin inhibidores. El estudio se desarrolló en un ensayo de colza situado en Arkaute (Vitoria).
El área experimental se dividió en dos manejos, laboreo convencional y siembra directa, con el fin de ver el efecto de diferentes prácticas en las pérdidas de nitrógeno y la eficiencia de los inhibidores para evitarlas.
El fertilizante ureico fue aplicado en dos aportaciones en forma granulada, combinado con el inhibidor de la nitrificación NBPT y con el inhibidor de la nitrificación, DMPSA (Tabla 1).
Resultados
En el sistema de laboreo convencional, más del 30% del nitrógeno se perdió cuando fue aplicado sin ningún tipo de inhibidor, mientras que la pérdida alcanzó el 36% en el sistema de siembra directa. Esto supuso que, respectivamente, hasta 51 y 55 kg N/ha se volatilizaron a la atmósfera (Figura 2). La aplicación del fertilizante junto con inhibidor de la ureasa (NBPT) fue capaz de reducir las pérdidas del 34% al 13% en el laboreo convencional, y del 36% al 18% en el sistema de siembra directa.
Por otro lado, la aplicación de fertilizante con inhibidor de la nitrificación fue capaz de reducir las emisiones de N2O en un 36% y 47% en los sistemas de laboreo convencional y de siembra directa, respectivamente.
Por último, el doble inhibidor (NBPT + DMPSA) redujo las pérdidas de nitrógeno a menos de la mitad en ambos sistemas de manejo del suelo, y disminuyó la emisión de N2O entre un 22% y un 45%.
El artículo se ha publicado en la revista Agricultura